domingo, 30 de marzo de 2014

Los Puentes de Madison

Comentario de LOS PUENTES DE MADISON
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Durante la década de los 70 y principios de los 80, cuando Clint Eastwood era el paradigma del tipo duro del cine hollywoodiense, pocos podían pensar que un día se convertiría en un realizador de prestigio capaz de abordar exitosamente multitud de géneros. Dueño de una carrera impresionante marcada por su espíritu libre, a contracorriente y profundamente honesto; todo un maverick de la industria. Y eso que Eastwood dio serios avisos de este cambio a finales de los 80, tras rodar el magistral western "El Jinete Pálido" (1985), la biografía de Charlie Parker "Bird" (1988) y "Cazador Blanco, Corazón Negro" (1990). Pero el punto de inflexión definitivo, con unánime aplauso de crítica y público, lo supuso la obra maestra absoluta que es "Sin Perdón" (1992), convertido desde entonces en el western crepuscular y desmitificador por excelencia. Desde entonces Eastwood ha seguido rodando excelentes películas en los últimos veinte años, convirtiéndose por méritos propios en leyenda viva de la historia del cine: "Un Mundo Perfecto" (1993), "Los Puentes de Madison" (1995), "Mystic River" (2003), "Million Dollar Baby" (2004), "Cartas desde Iwo Jima" (2006), "Gran Torino" (2008)... Y por eso muchos le estamos profundamente agradecidos.

"Los Puentes de Madison" arranca en los años noventa cuando dos hermanos vuelven a la casa familiar en Iowa poco después del fallecimiento de su madre, Francesca (Meryl Streep). Entre los diversos papeles encuentran instrucciones precisas para realizar el funeral y una serie de cartas y diarios que les retrotraen tres décadas atrás, a 1965. Ese año, cuando ellos y su padre marcharon cuatro días a la feria estatal de agricultura, su madre conoció a un fotógrafo de National Geographic llamado Robert Kincaid (Clint Eastwood) y se enamoró de él. Francesca nació en Italia, conoció al que sería su marido durante la Segunda Guerra Mundial y con él se trasladaría a una granja del condado de Madison en Iowa. Su vida rutinaria de ama de casa durante los últimos veinte años se ve trastocada por la aparición de Robert, quien llega a la zona para realizar un reportaje fotográfico sobre los puentes del condado. Entre ellos nace una afinidad que pronto desemboca en algo mucho más serio pero de futuro completamente incierto.

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Ficha técnica y artística

Los Puentes de Madison (The Bridges of Madison County). EEUU, 1995, 135 min.

Dirección: Clint Eastwood

Intérpretes: Meryl Streep, Clint Eastwood, Annie Corley

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Crónica de Atticus Finch
 
 
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domingo, 23 de marzo de 2014

El Baile de los Vampiros

Comentario de EL BAILE DE LOS VAMPIROS














Hay personajes del mundo del cine cuya historia personal daría para hacer películas muy interesantes debido a sus peripecias vitales. Dos de mis preferidos son Montgomery Clift, uno de los actores más atormentados que ha dado Hollywood, y el director Roman Polanski. La vida de éste último es ciertamente agitada, empezando por su nacimiento en París en el seno de una familia de emigrantes polacos que volverían a su país antes de estallar la Segunda Guerra Mundial. Perder a su madre en Auschwitz, ver a su padre deportado a Mauthausen y vivir en carne propia el gueto de Cracovia por su condición de judío sin duda marcarían al cineasta, quien décadas después ajustaría cuentas con el pasado al rodar "El Pianista" (2002). A pesar de todo el joven realizador logró sobrevivir y tras debutar en el largometraje con "El Cuchillo en el Agua" (1962) pronto marcharía rumbo a Inglaterra para rodar allí "Repulsión" (1965), "Callejón sin Salida" (1966) y "El Baile de los Vampiros" (1967), donde compartiría plano con la que sería su mujer, la encantadora Sharon Tate. Después Polanski recibió la llamada de los EEUU y allí se trasladó para completar una de sus obras de referencia, "La Semilla del Diablo" (1968), iniciando por otra parte una de las etapas más difíciles de su vida con el asesinato de su esposa y amigos a cargo del clan Mason, la acusación de abuso de menores y una persecución judicial perpetua que le impide pisar suelo norteamericano desde entonces. Pero también existe una carrera paralela de gran cineasta capaz de sobreponerse y rodar obras magistrales como "Chinatown" (1973) o "Tess" (1979), y seguir activo hoy en día a sus ochenta años.

"El Baile de los Vampiros" relara las aventuras en Transilvania del profesor Abronsius (Jack MacGowran) y su ayudante Alfred (el propio Polanski) en su intento de verificar las leyendas sobre la existencia de vampiros. Tras llegar a una posada perdida en las montañas comienzan a indagar entre los lugareños, pero todos se muestran reacios a hablar del asunto a pesar de las señales evidentes que cuelgan por doquier en forma de ristras de ajos. Alfred sigue con resignación al profesor, en parte por miedo y en parte por estar más interesado en las personas vivas, sobre todo las del género femenino. En la posada conoce a la hija del dueño, la hermosa Sara (Sharon Tate) y pronto se queda prendado de ella. Cuando Sara es secuestrada misteriosamente por un noble que habita en un castillo cercano, Alfred decide acompañar al profesor sin vacilar  para rescatarla y llevarla de nuevo a casa. El problema es que corren rumores de que en el castillo no habitan personas normales, sino los llamados no muertos.

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Ficha técnica y artística

El Baile de los Vampiros (The Fearless Vampire Killers). Reino Unido, 1967, 111 min.

Dirección: Roman Polanski

Intérpretes: Roman Polanski, Sharon Tate, Jack MacGowran

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Crónica de El Maquinista


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lunes, 17 de marzo de 2014

Glengarry Glen Ross

Comentario de GLENGARRY GLEN ROSS














El multidisciplinar David Mamet comenzó a emerger en el panorama teatral norteamericano en la década de los setenta y en poco tiempo se consolidó como uno de sus dramaturgos más destacados. Durante los años 80 Mamet empezó también una fructífera carrera en el cine escribiendo varios guiones de éxito como "El Cartero Siempre Llama Dos Veces" (1981), "Veredicto Final" (1982) o "Los Intocables de Eliot Ness" (1987). En los 90 seguiría produciendo guiones como "Ronin" y terminaría por dar el salto a la realización dirigiendo sus propios libretos ("State & Main", "El Caso Winslow"). Una de las piezas teatrales más aplaudidas de Mamet, "Glengarry Glen Ross", sería llevada al cine por James Foley con guión del propio dramaturgo y un reparto estelar. La obra, toda una radiografía de las demenciales prácticas laborales que se llevan a cabo en el mundo empresarial, queda hoy en día como una de sus mejores aportaciones a la cinematografía norteamericana.

"Glengarry Glen Ross" relata los dos días al límite que viven cuatro vendedores de una agencia inmobiliaria de Chicago tras recibir un ultimatum desde la oficina central. En una semana los dos que más vendan conservarán su empleo y los otros dos lo perderán. La noticia se la comunica un miembro de la compañía (Alec Baldwin) que espera motivarles de esta manera para que consigan beneficios rápidamente. Los cuatro hombres encaran la situación según sus circunstancias personales. El veterano Shelley Levene (Jack Lemmon) intenta que su jefe le proporcione nuevas fichas, los datos con los que localizan a clientes potenciales. Ricky Roma (Al Pacino) trata por todos los medios de cerrar un buen trato que tiene a medio hacer y los otros dos compañeros (Ed Harris y Alan Arkin) planean simular un robo en la oficina, hacerse con las fichas nuevas y venderlas a la competencia. En dos días todas sus estrategias se entrecruzarán mientras intentan sobrevivir al ambiente más kafkiano que se pueda imaginar. Tan real como la vida misma.

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Ficha técnica y artística

Glengarry Glen Ross. EEUU, 1992, 120 min.

Dirección: James Foley

Intérpretes: Jack Lemmon, Al Pacino, Ed Harris

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Crónica de Atticus Finch


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domingo, 9 de marzo de 2014

Quiero la Cabeza de Alfredo García

Comentario de QUIERO LA CABEZA DE ALFREDO GARCIA














Leyendo recientemente la obra de Charles Bukowski, uno de los escritores malditos por excelencia de la literatura norteamericana, no he podido evitar acordarme del director Sam Peckinpah. Bukowski emplea en su narrativa un estilo directo y descarnado con el que da forma a lo que se llama el realismo sucio de sus novelas. Esto mismo puede extrapolarse al sello inconfundible que dejó Peckinpah en toda su filmografía. Junto con el tema siempre presente de la violencia, si hay algo que caracteriza a su cine es la figura del antihéroe embarcado en luchas perdidas, aunque siempre con sus matices y variaciones. Nihilismo y autodestrucción en "Grupo Salvaje", "La Cruz de Hierro" o "Pat Garrett y Billy the Kid", lucha por la supervivencia en "Perros de Paja", "La Huida" o "Mayor Dundee". Pero todos surgen de un tronco común. Y probablemente una de las cimas del antihéroe peckinpiano es el protagonista de "Quiero la Cabeza de Alfredo García" (1974), interpretado por su actor fetiche Warren Oates. El ambiente sucio, decadente y ubicado en esa zona fronteriza entre EEUU y Méjico que tanto gustaba a Peckinpah le proporciona un decorado perfecto a este perdedor de manual: sudor, mugre y arena. Pero como todos los protagonistas del cine de Sam Peckinpah guarda también en el fondo de su ser un pequeño hueco para unos mínimos principios morales y algo llamado dignidad.

"Quiero la Cabeza de Alfredo García" es el expeditivo título en el que se narra la historia de una cacería al hombre en lo más profundo de Méjico. El poderoso terrateniente El Jefe (Emilio Fernández) descubre que su hija está embarazada y le obliga a confesar el nombre del padre: Alfredo García, un antiguo trabajador de la hacienda. Como venganza decide ofrecer un millón de dólares a quien lo mate y le traiga su cabeza como prueba. Entre el nutrido grupo de criminales que parten en su búsqueda se encuentran dos cazarrecompensas estadounidenses que comienzan a seguir la pista por territorio mejicano. Su viaje les lleva hasta un tugurio de mala muerte donde trabaja como pianista Bennie (Warren Oates), quien se ofrece a ayudarlos a cambio de una parte del dinero. Bennie mantiene una relación con una antigua prostituta llamada Elita y sabe que ésta conoció hace un tiempo a Alfredo García. El dinero de la recompensa puede ser el pasaporte a una nueva vida para ambos. A partir de aquí se inicia un viaje de ilusión, traición, desesperanza y mucha violencia. Sam Peckinpah en estado puro.

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Ficha técnica y artística

Quiero la Cabeza de Alfredo García (Bring Me the Head of Alfredo Garcia). EEUU, 1974, 112 min.

Dirección: Sam Peckinpah

Intérpretes: Warren Oates, Isela Vega, Robert Webber

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Crónica de El Maquinista


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sábado, 1 de marzo de 2014

Moon

Comentario de MOON














La ciencia-ficción es probablemente uno de los géneros cinematográficos que más ha sufrido el mal uso de los efectos especiales por ordenador desarrollados en el último cuarto de siglo. El gran nivel al que han llegado estos efectos visuales es un arma de doble filo, ya que si se utilizan con sabiduría consiguen hacer realidad los más fantásticos entornos que se puedan imaginar, reforzando la apuesta argumental. Pero si se abusa de ellos se corre el riesgo de saturar al espectador o convertir la cinta en una mera sucesión de fuegos artificiales para tapar las deficiencias argumentales de la misma. La columna vertebral de cualquier largometraje, sea del género que sea, es la historia que cuenta y de la calidad de ésta dependerá el resultado final del trabajo. Los efectos visuales deben estar al servicio del relato y no al revés, pero para los estudios de Hollywood parece que lo más fácil es esto último. Una de las mejores cintas de ciencia-ficción de la pasada década procede del cine independiente y es "Moon" (2009), la ópera prima del director Duncan Jones. El argumento es la piedra angular de esta fascinante aventura espacial protagonizada por uno de los actores fetiche de Sundance, el estupendo Sam Rockwell. Siguiendo la senda de clásicos del género como "2001, Odisea del Espacio", "Solaris" o "Alien", Duncan Jones propone una historia profundamente humana sostenida casi exclusivamente por un solo actor, algo que la emparenta de manera muy estrecha con otra mítica producción espacial de los 70, "Naves Misteriosas". El género sigue vivo.

La acción de "Moon" se desarrolla en un futuro cercano en el que la Tierra utiliza un combustible cuya materia prima se encuentra en el subsuelo lunar. La empresa encargada de su explotación ha construido una base minera en la superficie de la Luna y todo el proceso de extracción está automatizado. Por ello tan solo se necesita a un humano que realice las labores cotidianas de supervisión y se asegure de que los cargamentos son enviados correctamente. Sam Bell (Sam Rockwell) es el trabajador encargado de la base desde hace casi tres años y su contrato está a punto de finalizar, momento en el que volverá a la Tierra después de que un compañero llegue y lo releve. Durante todo este tiempo su única compañía ha sido la unidad de inteligencia artificial GERTY, el ordenador central que controla todo el complejo. Sam espera con ansia el viaje de vuelta para poder regresar junto a su familia, a la que solo puede ver de vez en cuando a través de teleconferencias. Un día, tan solo dos semanas antes de que finalice su estancia, Sam descubre un vehículo accidentado en una de sus rutinarias salidas por el exterior de la base. Y en su interior encuentra algo que puede cambiarlo todo.

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Ficha técnica y artística

Moon. Reino Unido, 2009, 97 min.

Dirección: Duncan Jones

Intérpretes: Sam Rockwell, Kaya Scodelario, Matt Berry

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Crónica de El Maquinista


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