domingo, 9 de marzo de 2014

Quiero la Cabeza de Alfredo García

Comentario de QUIERO LA CABEZA DE ALFREDO GARCIA














Leyendo recientemente la obra de Charles Bukowski, uno de los escritores malditos por excelencia de la literatura norteamericana, no he podido evitar acordarme del director Sam Peckinpah. Bukowski emplea en su narrativa un estilo directo y descarnado con el que da forma a lo que se llama el realismo sucio de sus novelas. Esto mismo puede extrapolarse al sello inconfundible que dejó Peckinpah en toda su filmografía. Junto con el tema siempre presente de la violencia, si hay algo que caracteriza a su cine es la figura del antihéroe embarcado en luchas perdidas, aunque siempre con sus matices y variaciones. Nihilismo y autodestrucción en "Grupo Salvaje", "La Cruz de Hierro" o "Pat Garrett y Billy the Kid", lucha por la supervivencia en "Perros de Paja", "La Huida" o "Mayor Dundee". Pero todos surgen de un tronco común. Y probablemente una de las cimas del antihéroe peckinpiano es el protagonista de "Quiero la Cabeza de Alfredo García" (1974), interpretado por su actor fetiche Warren Oates. El ambiente sucio, decadente y ubicado en esa zona fronteriza entre EEUU y Méjico que tanto gustaba a Peckinpah le proporciona un decorado perfecto a este perdedor de manual: sudor, mugre y arena. Pero como todos los protagonistas del cine de Sam Peckinpah guarda también en el fondo de su ser un pequeño hueco para unos mínimos principios morales y algo llamado dignidad.

"Quiero la Cabeza de Alfredo García" es el expeditivo título en el que se narra la historia de una cacería al hombre en lo más profundo de Méjico. El poderoso terrateniente El Jefe (Emilio Fernández) descubre que su hija está embarazada y le obliga a confesar el nombre del padre: Alfredo García, un antiguo trabajador de la hacienda. Como venganza decide ofrecer un millón de dólares a quien lo mate y le traiga su cabeza como prueba. Entre el nutrido grupo de criminales que parten en su búsqueda se encuentran dos cazarrecompensas estadounidenses que comienzan a seguir la pista por territorio mejicano. Su viaje les lleva hasta un tugurio de mala muerte donde trabaja como pianista Bennie (Warren Oates), quien se ofrece a ayudarlos a cambio de una parte del dinero. Bennie mantiene una relación con una antigua prostituta llamada Elita y sabe que ésta conoció hace un tiempo a Alfredo García. El dinero de la recompensa puede ser el pasaporte a una nueva vida para ambos. A partir de aquí se inicia un viaje de ilusión, traición, desesperanza y mucha violencia. Sam Peckinpah en estado puro.

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Ficha técnica y artística

Quiero la Cabeza de Alfredo García (Bring Me the Head of Alfredo Garcia). EEUU, 1974, 112 min.

Dirección: Sam Peckinpah

Intérpretes: Warren Oates, Isela Vega, Robert Webber

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Crónica de El Maquinista


Pulsa en la pantalla para ver una escena de "Quiero la Cabeza de Alfredo García"

8 comentarios:

jaal dijo...

Tipos en la frontera física, emocional, en el límite de todo. En esas películas se siente el calorazo del desierto, el aliento a whisky barato, el humo del cigarro. No te puedes fiar. Me creo el cine de Peckinpah hasta el punto de pensar que en muchas escenas los actores no actuan, que son así, gente peligrosa y violenta.

Saludos Cuttlas

Mister Lombreeze dijo...

Obra maestra y una de las películas que más han influido(para bien) en mi cinefilia.
"Me interesa el dinero aunque hay otras cosas importantes como mantenerse vivo".
Tremenda película. Hable de ella aquí,si se me permite la autocita.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Jaal, la verdad es que uno de los puntos fuertes de las películas de Peckinpah es su realismo sucio, como ocurre también en el cine de Sergio Leone. Se palpa la mugre, el sudor, el humo. Todo se vuelve real. Todo llevado al límite.

¡Un saludo!

El Bueno de Cuttlas dijo...

Buenas Sr. Lombri, un honor disfrutar de su presencia por aquí. Recuerdo bien la estupenda entrada que le dedicaste a la película en su día, de hecho me sirvió de empujón para animarme a verla. Y eso que me encanta el cine de Peckinpah. La verdad es que es difícil no sentirse identificado con Bennie, el perdedor nato pero también esa clase de tipos capaces de revolverse cuando todo está perdido y herir de muerte al enemigo. Hay una escena por la que siento predilección y es aquella en que vemos por primera vez al personaje, en su tugurio mejicano, tocando el piano con las gafas puestas, cantando "Guantanamera" para los turistas gringos, rodeado de whisky, humo y prostitutas. El bueno de Bennie.

¡Un saludo!

ethan dijo...

También la comenté en su día; película memorable de Peckinpah, muy reconocible la autoría. Ojo a cierto protagonista: la susodicha cabeza.
Saludos

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Ethan, es cierto lo que comentas sobre la cabeza de Alfredo García [spoiler]. Su viaje dentro de esa bolsa de trapo cubierta de moscas tiene mucho de metafórico. Me gusta mucho las escenas en las que Warren Oates busca como un poseso cubitos de hielo para refrescarla del abrasador calor mejicano [fin spoiler].

Creo que es la película de Peckinpah, junto con "Duelo en Alta Sierra", en la que disfruto más de las escenas no violentas de los personajes. Me encanta ver a Warren Oates tocando Guantanamera al piano, buscando cubitos de hielo o caminando con ese traje setentero.

¡Un saludo!

Sinuhe dijo...

"Nunca he estado en ningún sitio al que desee volver" ¿Quién puede superar esto?

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Sinuhe, gracias por dejar tu comentario.

Pues sí, la verdad es que el personaje de Warren Oates es todo un antihéroe, probablemente uno de los mejores que he visto en pantalla. La frase que comentas nos da una buena idea de cómo ha sido su vida. Y de cómo ha acabado tocando el piano en un tugurio mejicano para los turistas gringos.

Típico personaje de Peckinpah.

¡Un saludo!