sábado, 25 de agosto de 2012

El Fin del Romance

Comentario de EL FIN DEL ROMANCE
 
 
La verde isla de Irlanda siempre ha intentado diferenciarse de sus vecinos británicos para ganar perfil propio, pero la verdad es que las semejanzas entre ambos países son un hecho bastante palpable. Con la salvedad de ser católicos y republicanos, los irlandeses mantienen costumbres profundamente arraigadas en la forma de vida inglesa, como beber cerveza tibia, jugar al fútbol (o al rugby) y tener como segunda residencia el pub más cercano. Los suelos de sus cuartos de baño también tienen moquetas, el clima no es muy bueno y la calidad de la comida no se puede expresar con palabras, todo muy del estilo de los hijos de la Gran Bretaña. En el cine tampoco hay mucho que resaltar, por aquí conocemos sobre todo a un par de directores interesantes. Por un lado está Jim Sheridan, responsable de tres estupendas colaboraciones con Daniel Day-Lewis: "Mi Pie Izquierdo" (1989), "En el Nombre del Padre" (1995) y "The Boxer" (1998). Por otro está Neil Jordan, realizador de títulos como "Entrevista con el Vampiro" o "Michael Collins", y quien en 1999 se lanzaría a por un relato ambientado en el centro del universo del Imperio Británico, el Londres de la Segunda Guerra Mundial. Que Dios Salve a la Reina y tal.
 
Tras su meridianamente claro título, "El Fin del Romance" narra la aventura amorosa entre el escritor londinense Maurice Bendrix (Ralph Fiennes) y Sarah Miles (Julianne Moore), la esposa de un anodino funcionario de Su Majestad. Mientras ambos viven su romántica historia Londres sufre los bombardeos de la aviación alemana, lo que da un trasfondo dramático muy apropiado al asunto. Fiennes borda una vez más su característico papel de hombre melancólico/atormentado (veáse también "El Paciente Inglés", "El Jardinero Fiel", "El Lector", etc). A su lado le da réplica la no menos brillante (yo diría que más) Julianne Moore mientras Stephen Rea hace de sufrido secundario de lujo. Neil Jordan sabe manejar muy bien las piezas del relato y termina consiguiendo un trabajo realmente estupendo. Y si se puede ver en versión original pues mucho mejor.
 
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Ficha técnica y artística
 
El Fin del Romance (The End of the Affair). Reino Unido, 1999, 102 min.
 
Dirección: Neil Jordan
 
Intérpretes: Ralph Fiennes, Julianne Moore, Stephen Rea
 
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Crónica de Atticus Finch
 
 
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lunes, 20 de agosto de 2012

Marathon Man

Comentario de MARATHON MAN

 
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial una parte importante de los más destacados miembros del aparato nazi fueron apresados por las tropas aliadas o se quitaron antes la vida. Un buen número de científicos alemanes colaboradores del Reich serían por otra parte indultados y llevados como botín de guerra a los Estados unidos y la Unión Soviética por su alto valor estratégico. Alguno, como el profesor Wernher von Braun, llegaría a ser una de las piezas clave del programa espacial norteamericano que desembocaría en la llegada a la Luna con las misiones Apollo. Por último, numerosos cuadros intermedios de las SS y alguna que otra personalidad relevante del nazismo consiguieron burlar el cerco aliado pasando a la clandestinidad en diversos países de Europa y Sudamérica. De esta manera, lugares como Paraguay, Argentina y Brasil se convertirían en un auténtico refugio para criminales de guerra como Joseph Mengele, aunque tanto los cazadores de nazis como los servicios secretos israelíes intentarían seguirles la pista sin descanso. Muchos vivieron sin problemas bajo identidad falsa gozando incluso de una nueva vida bajo la apariencia de respetables hombres canosos, pero con un pasado tremendamente oscuro.

"Marathon Man" es uno de los largometrajes más conocidos de John Schlesinger, director entre otras de "Darling" (1965) y "Cowboy de Medianoche" (1969). La cinta narra la llegada a Nueva York de un antiguo criminal de guerra nazi, el doctor Christian Szell (Laurence Olivier), quien tiene escondida en el país una valiosa colección de diamantes. El botín procede de cientos de familias judías deportadas a campos de concentración en la II Guerra Mundial y ha sido ocultado por Szell durante más de veinte años para poder venderlo. Las fuerzas de seguridad han conseguido seguirle la pista gracias Henry Levy (Roy Scheider), un agente secreto que terminará por involucrar en el caso a su hermano Tom, (Dustin Hoffman). Éste vive ajeno a toda la trama preparando su doctorado en historia y realizando largas carreras por Central Park, ya que es un apasionado de la maratón. De un día para otro se verá inmerso sin saberlo en un complejo caso de criminales y dobles agentes, teniéndo que verse las caras con Szell.

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Ficha técnica y artística

Marathon Man. EEUU, 1976, 125 min.

Dirección: John Schlesinger

Intérpretes: Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider

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Crónica de El Maquinista


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sábado, 11 de agosto de 2012

Samurai Rebellion

Comentario de SAMURAI REBELLION


El honor es uno de los sentimientos más nobles que puede albergar una persona y uno de los mayores tesoros, junto con la dignidad, a los que no se debe renunciar nunca. Sin embargo, para que el concepto de honor haga justicia a su nombre éste debe regirse según unos valores coherentes, unos principios sensatos. Como esto es susceptible de variar según épocas y lugares lo común ha sido que la idea de honor se haya desvirtuado y directamente sirva de tapadera para permitir una larga lista de comportamientos aberrantes y salvajadas varias. Una de estas perversiones se urdió en el Japón medieval, donde los señores feudales fueron imponiendo a los samuráis unas normas de actuación que se cimentaban en torno a la reverencial servidumbre que se les debía tributar, sin ningún tipo de margen para disentir. Esto fue poco a poco construyendo unas pautas de comportamiento social en el que el honor del samurái dependía en gran medida de la obediencia incondicional a su señor, un terreno muy propicio para fanatismos y códigos morales ambiguos. Los antiguos caballeros castellanos solían establecer una acertada diferencia entre dos vertientes de vasallaje: la fidelidad, en la que se seguía ciegamente al señor, y la lealtad, que permitía discutir las órdenes dentro de un sincero juramente de obediencia. En el caso de los samuráis el camino de la lealtad podía ser el comienzo de un viaje de no retorno, tal y como plasmaría en pantalla el director nipón Masaki Kobayashi en el excepcional largometraje "Samurai Rebellion" (1967), para la que contaría con el legendario actor Toshiro Mifune en el papel de protagonista.

"Samurai Rebellion" se sitúa en un feudo rural de Japón en el siglo XVIII, en plena era Tokugawa. El país vive desde hace décadas una época de estabilidad bajo la dictadura militar de los Shogun, lo que ha conllevado que los samuráis abandonen los campos de batalla para dedicarse a labores administrativas como funcionarios de sus respectivos clanes. Este es el caso de Isaburo Sasahara (Toshiro Mifune), un veterano samurái que ha servido fielmente al clan durante más de veinte años. Un día le notifican que su señor ha expulsado a una de sus concubinas, la dama Ichi, de la corte y se le ordena que la acoja en su casa para casarla con su hijo mayor, Yogoro. La familia acepta a regañadientes porque supone un importante desaire, pero Ichi resulta ser una dulce muchacha a la que pronto toman cariño. Isaburo se siente feliz al ver que su hijo ha encontrado por carambolas del destino a una buena esposa que pronto le dará una nieta, la pequeña Tomi. Sin embargo, al pasar tres años, un acontecimiento hace tambalear la armonía del hogar, ya que el señor ordena que Ichi vuelva al castillo para integrarse de nuevo en la corte. Ante la incredulidad de las noticias Isaburo y su hijo deciden negarse cortesmente porque no piensan entregar a Ichi como si fuera un saco de arroz desprovisto de sentimientos. Finalmente la muchacha es llevada al castillo mediante engaños y encerrada allí. Los acontecimientos se precipitan y el señor ordena a Isaburo y Yogoro cometer harakiri, pero éstos se niegan y deciden empuñar sus espadas para luchar por su honor y una causa justa. La rebelión ha comenzado.

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Ficha técnica y artística

Samurai Rebellion. Japón, 1967, 128 min.

Dirección: Masaki Kobayashi

Intérpretes: Toshiro Mifune, Yoko Tsukasa, Go Kato

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Crónica de Atticus Finch



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domingo, 5 de agosto de 2012

C.R.A.Z.Y.

Comentario de C.R.A.Z.Y.


Hay algunos países que por diversas razones viven ensombrecidos por sus vecinos, a pesar de ser naciones que por derecho propio deberían ser ejemplo a seguir en muchos ámbitos. Un caso paradigmático es Canadá, la próspera tierra al norte de los Estados Unidos cuyo sistema político y social se sitúa en varios aspectos más próximo a las ideas europeas que a las estadounidenses. En Canadá conviven dos comunidades lingüísticas diferentes, la anglosajona, mayoritaria y que ocupa las tres cuartas partes del país, y la francófona. Pero precisamente por el hecho de hablar francés esta parte oriental del Canadá (el Québec) es la que ha conseguido zafarse mejor del dominio cultural estadounidense. El Canadá anglosajón está en gran parte abducido por la superpotencia del sur, como bien demuestra que la mayor parte de los actores canadienses de habla inglesa se hayan mudado allí, como Donald Sutherland, Sarah Polley o Jim Carrey. En el campo de los directores el asunto está más equilibrado, ya que a pesar de que algunos emigraron a Hollywood hace tiempo (Paul Haggis, James Cameron...) otros han seguido desarrollando su carrera en el país. En este grupo se encuentran autores como David Cronenberg ("Una Historia de Violencia", "Promesas del Este") o el realizador de origen armenio Atom Egoyan ("El Dulce Porvenir", "Ararat"). En el Canadá francófono destacan por su parte Denys Arcand ("Las Invasiones Bárbaras") y recientemente Jean-Marc Vallée, que con "C.R.A.Z.Y." (2005) consiguió rodar un largometraje de repercusión internacional.

"C.R.A.Z.Y." es el relato vital de una familia de Québec a lo largo de dos décadas, de los años sesenta a los ochenta. La historia avanza a través de los ojos de Zac (Marc-André Gordin), uno de los cinco hermanos de la familia que nace el día de Navidad de 1960. Desde su infancia tiene que hacerse un hueco entre sus tres hermanos mayores y luchar por no defraudar las expectativas de su padre (Michel Côté). Para ello cuenta con la ayuda cómplice se su madre (Danielle Proulx), quien es mucho más tierna y cromprensiva con sus hijos. Zac comienza bien pequeño a mostrarse un poco diferente al resto de sus hermanos, siendo más sensible y proclive a jugar con pasatiempos más propio de niñas. Esto dispara las alarmas de su padre que desde entonces lo vigilará para que crezca según su patrón de hombría. Con la adolescencia Zac evoluciona a un chico rebelde apasionado por la música de David Bowie y Pink Floyd, y será entonces cuando empiece a darse cuenta de su orientación sexual soterrada. Esto lo lleva a un constante estado de confrontación consigo mismo al intentar negar esa faceta de su personalidad, temeroso además de herir a su entorno. A pesar de ser católicos practicantes la familia tiene un espíritu muy tolerante y abierto, pero su padre tiene como línea roja la condición de homosexual, algo que le horroriza a pesar de querer con locura a cada uno de sus cinco hijos, Zac incluido.

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Ficha técnica y artística

C.R.A.Z.Y. Canadá, 2005, 127 min.

Dirección: Jean-Marc Vallée

Intérpretes: Marc-André Gordin, Michel Côté, Danielle Proulx

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Crónica de El Maquinista


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