domingo, 25 de noviembre de 2012

La Noche Americana

Comentario de LA NOCHE AMERICANA


Una de las figuras más importantes del cine francés de la segunda mitad del siglo XX es sin duda François Truffaut, auténtico icono cultural en su país y dueño de una estupenda filmografía. La peripecia vital de Truffaut no estuvo exenta de dificultades en sus inicios, ya que su carácter rebelde lo llevaría a no ser un buen estudiante e incluso al reformatorio. Tras una serie de pequeños oficios el joven Truffaut comienza a escribir en la década de los 50 artículos sobre cine y entra como crítico en la famosa publicación Cahiers du Cinéma. Desde ahí saltaría a la dirección en 1959 junto a otros compañeros como Claude Chabrol, Eric Rohmer o Jean-Luc Godard, iniciando así uno de los movimientos cinematográficos más importantes de Europa, La Nouvelle Vague (La Nueva Ola). Truffaut abriría las puertas con "Los 400 Golpes", una historia de tintes autobiográficos sobre una complicada infancia en el París de la posguerra. Tras la gran acogida de la cinta su carrera se consolida con "Jules y Jim" (1961), a partir de la cuál irá madurando formalmente las técnicas de la Nueva Ola para llevarlas a un enfoque más clásico. Truffaut retomaría el personaje protagonista de su primer film, Antoine Doinel (interpretado por su actor fetiche y alter ego en pantalla, Jean-Pierre Léaud), en tres largometrajes más: "Besos Robados" (1968), "Domicilio Conyugal" (1970) y "El Amor en Fuga" (1979), realizando así una verdadera saga a lo largo de veinte años. Otras de las temáticas recurrentes de Truffaut es el tema de la infancia, la vida de los más pequeños, algo que ya era el centro de su opera prima y que además está presente en otros trabajos como "El Pequeño Salvaje" (1969) y "La Piel Dura" (1976). El director francés se animaría incluso a ponerse delante de las cámaras para encarnar él mismo algún papel, como en la maravillosa "La Noche Americana" (1974) o en la joya de Steven Spielberg "Encuentros en la Tercera Fase" (1977). En los años 80 Truffaut sigue en plenitud artística ("El Último Metro" (1980)) pero la enfermedad hará que su vida se trunque abruptamente en 1984, poniendo fin de esta manera a una carrera inolvidable.

"La Noche Americana" es un relato excepcional del cine dentro del propio cine: la historia de un rodaje y todos los problemas que aparecen en su desarrollo. El protagonista de la cinta es Ferrand (encarnado por el propio Truffaut), director de cine que va a rodar en los estudios de Niza una coproducción internacional llamada "Os Presento a Pamela". Ferrand, sordo de un oído, ejerce como maestro de orquesta de un enorme equipo de profesionales y por tanto es el blanco de todas las preguntas, dudas y dificultades. Para empezar su productor le recorta el calendario de rodaje a unos irrisorios 35 días, la estrella norteamericana (Jacqueline Bisset) llega tras un importante bache emocional y el otro protagonista (Jean-Pierre Léaud) es un egocéntrico incorregible. Como bien reflexiona Ferrand "Un rodaje es como viajar en diligencia. Al principio uno piensa si el viaje será agradable y a medio camino tan sólo nos preocupa llegar con vida al destino". La coordinación de los técnicos, los decorados, las tomas con los actores, la reescritura del guión... todo lo que hace que el cine sea una ilusión verídica en pantalla pasa por manos de este hombre sereno que lucha a brazo partido para que todo salga adelante.

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Ficha técnica y artística

La Noche Americana (La Nuit Américaine). Francia, 1973, 112 min.

Dirección: François Truffaut

Intérpretes: Jacqueline Bisset, Jean-Pierre Léaud, François Truffaut

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Crónica de Atticus Finch


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domingo, 18 de noviembre de 2012

Open Range

Comentario de OPEN RANGE


El mundo del cine es a veces caprichoso abriendo y cerrando puertas a sus miembros, ya sean directores, actores, guionistas o productores. La historia cinematográfica está plagada de casos en los que carreras artísticas prometedoras se han visto truncadas por un cúmulo de circunstancias de diversa índole. Si hay alguien que lo sabe bien es Kevin Costner, un estupendo actor que reinó en Hollywood a finales de los 80 y principios de los 90 para después ir difuminándose poco a poco a lo largo de los últimos quince años. Costner protagonizó un puñado de grandes largometrajes como "Los Intocables de Eliot Ness" (1987), "Bailando con Lobos" (1990), la cual dirigió el mismo, y "JFK: Caso Abierto" (1991). Al entrar en la década de los 90 siguió haciendo buenos trabajos en "Robin Hood, Príncipe de los Ladrones" (1991), "Un Mundo Perfecto" (1993) o "Wyatt Earp" (1994), pero fue al año siguiente cuando las cosas empezaron a torcerse seriamente. Y es que el tropiezo comercial de la carísima "Waterworld", una especie de Mad Max en los océanos, fue el preámbulo de lo que estaba por venir. La cinta fue vapuleada a pesar de tratarse a mi juicio de una muy entretenida película de aventuras, pero para Costner el punto de inflexión llegaría con su desastroso segundo trabajo como director, "El Mensajero del Futuro" (1997). Con ella pagaría los platos rotos por triplicado: él la dirigía, él la protagonizaba y él la producía. Desde entonces la mayor parte de sus intentos por volver al éxito profesional no han cuajado demasiado bien, tanto por decisiones erroneas al elegir sus proyectos como por la saña con la que le tratan varios críticos, de manera injusta en mi opinión. Pero en el desierto a veces crecen flores y esa es "Open Range" (2003), la tercera película de Costner como director en la que éste vuelve a uno de sus géneros fetiche, el western. El resultado es una cinta estupenda cuya labor interpretativa recae sobre los hombros de un gran Robert Duvall secundado perfectamente por el propio Costner, ofreciendo así un título a reivindicar.

"Open Range" presenta un relato de corte clásico bajo una óptica madura pero sin llegar a la desmitificación tan propia del llamado western crepuscular, muy ligado éste a la obra de Sam Peckinpah ("Grupo Salvaje", "Pat Garret & Billy the Kid") o a la etapa tardía de Clint Eastwood ("El Jinete Pálido", "Sin Perdón"). Costner presenta una historia sencilla en torno a uno de los ejes principales del género: la lucha contra la injusticia y la ausencia de la Ley. Boss y Charley (Duvall y Costner, respectivamente) son dos vaqueros que se ganan la vida con el ganado, al que conducen a lo largo del oeste del país en busca de pastos frescos . Al no tener tierras propias su ganadería es de tipo trashumante, algo legal en el territorio, por lo que a lo largo de sus itinerarios las reses pueden pastar independientemente de si las tierras son de propiedad privada. Cierto día llegan a los alrededores de una pequeña población dominada por un ranchero local, quien ejerce el poder absoluto en el lugar a través de su influencia económica. Éste no ve con buenos ojos a los ganaderos itinerantes a los que acusa de robarle los pastos, por lo que amenaza veladamente a los vaqueros para que abandonen sus tierras inmediatamente. Tanto Boss como Charley rechazan la idea de verse obligados a huir sin haber cometido delito alguno, por lo que ambos deciden plantarle cara. La escalada de violencia desembocará finalmente en un enfrentamiento abierto entre los dos hombres y el grupo de mercenarios del ranchero. 

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Ficha técnica y artística

Open Range. EEUU, 2003, 139 min.

Dirección: Kevin Costner

Intérpretes: Robert Duvall, Kevin Costner, Annette Bening

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Crónica de El Maquinista


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sábado, 10 de noviembre de 2012

Persona

Comentario de PERSONA


Dijo una vez el gran actor Gene Hackman: "Hace poco vi una película de Eric Rohmer. Fue tan emocionante como ver secarse una capa de pintura". Efectivamente amigos, el llamado cine de arte y ensayo tiene sus peligros. Uno puede encontrar majestuosas obras cinematográficas pero también algunos ladrillos tremendos, capaces de afectar seriamente nuestra motricidad neuronal (Rohmer incluido). Esto puede ser un verdadero desafío si el espectador es tan sufrido como un servidor, que una vez que se pone a ver una película se la traga hasta el final aunque no le convenza en absoluto (este comportamiento está todavía sujeto a debate sobre si es debido a orgullo propio o a nuestra abnegada mentalidad judeo-cristiana). Recientemente he sufrido en mis carnes lo anteriormente expuesto ya que hace pocas semanas decidí que ya era hora de introducirme en la filmografía del reputado director soviético Andrei Tarkovsky. Viéndome venir el percal seleccioné cuidadosamente una de sus películas que a priori podía ser más dinámica, la famosa obra de ciencia-ficción "Solaris" (1972). Tras aguantar durante 165 minutos un guión lamentable protagonizado por un hombre con la expresividad de una acelga, todo ello amenizado por el taladrador idioma ruso (la versión original es en estos casos obligatoria), este cronista sacó algunas conclusiones: Tarkovsky podía ser un virtuoso en el aspecto visual de sus largometrajes, pero la estructura narrativa de "Solaris" hace agua por todas partes desperdiciando una historia fabulosa. La otra conclusión es que el método interpretativo soviético y la sonoridad de la lengua rusa no acaban de convencerme. Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra me he propuesto ver las otras dos cintas que he conseguido de Tarkovsky: "Stalker" (1979) y "Sacrificio" (1986), cuyo título es muy alentador. Dios dirá.

Entre el cine de autor más reputado del continente tenemos al ilustre Ingmar Bergman, un señor sueco amante del teatro y de husmear en el alma de las personas (y por ende en la de sus personajes). Considerado como uno de los grandes realizadores europeos del siglo XX, a Bergman hay que aproximarse de manera gradual, ya que sus cintas pueden resultar bastante sobrias en lo estético pero volcánicas en lo emocional. Y es que bajo una puesta en escena en ocasiones austera Bergman teje con maestría historias que contienen auténticas cargas de profundidad sobre el comportamiento humano: "Fresas Salvajes" (1957), "Persona" (1966), "Sonata de Otoño" (1978) o "Fanny y Alexander" (1982) son tan solo algunos ejemplos bien conocidos de su extensa filmografía. En todas sus obras el aspecto interpretativo es de importancia vital, por lo que siempre es recomendable el visionado de sus películas en versión original. Gracias a ello descubrí que el idioma sueco, escuchado en boca de sus intérpretes, me resulta muy agradable (¡!). En cuanto a la película que hoy nos ocupa, "Persona", su argumento se puede describir en pocas líneas: una actriz de teatro (Liv Ullmann) se queda sin voz durante una representación y a partir de ahí parece entrar en una especie de bache mental. Los resultados médicos son satisfactorios pero la mujer sigue sin pronunciar palabra, por lo que es internada en una residencia donde su enfermera (Bibi Anderson) intentará romper por todos los medios su mutismo, obteniendo como respuesta el silencio. A partir de ahí no se puede describir muy bien con palabras, hay que verlo plasmado en fotogramas.

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Ficha técnica y artística

Persona. Suecia, 1966, 81 min.

Dirección: Ingmar Bergman

Intérpretes: Liv Ullmann, Bibi Andersson, Margaretha Krook

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Crónica de Atticus Finch


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sábado, 3 de noviembre de 2012

La Lengua de las Mariposas

Comentario de LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS


El 14 de abril de 1931 tuvo lugar en España el último intento de modernización del país para equipararlo al nivel de sus vecinos de Europa Occidental. La Segunda República nació como el proyecto más ambicioso que la Nación había visto en décadas, probablemente desde que en 1869 el general Prim encabezara la posteriormente fallida Revolución de la Gloriosa. Sin embargo la República empezó a recorrer el tortuoso camino que tenía por delante coja desde el principio, debido principalmente a tres causas. Primero: la oposición de la mayor parte de las fuerzas conservadoras a sumarse al proyecto republicano. Éstas habían acaparado tradicionalmente los poderes políticos y económicos del país y ahora veían el nuevo sistema como una amenaza a sus intereses. Segundo: el separatismo catalán forzó a los partidos republicanos nacionales a introducir la autonomía regional dentro de la Constitución, pero con un nivel de competencias que rebasaba con mucho la concepción de Estado Integral que la mayoría de las fuerzas republicanas deseaban para España. Bien sabían que sin cohesión territorial es imposible la cohesión social, y viceversa. Tercero: los movimientos políticos de corte extremista que asolaron Europa durante los años 30, el comunismo y el fascismo, con la peculiaridad española del anarquismo. Los dos primeros pretendían abolir los sistemas parlamentarios para implantar regímenes totalitarios de partido único, mientras que los anarquistas querían directamente desmantelar las estructuras del propio estado para volver a una especie de arcadia feliz autogestionada, es decir, a las cavernas. El núcleo del movimiento republicano español estaba formado por los hijos de la burguesía ilustrada y urbana, de espíritu mayoritariamente progresista y profundamente patriota, a imagen y semejanza del republicanismo francés. Su gran proyecto nacional sería torpedeado desde todos los puntos por ultraconservadores, separatistas y extremistas de izquierda. Esto terminó por desembocar en un doble golpe de estado, tanto institucional (Lluis Companys desobedeciendo la Constitución) como militar (la rama ultra del Ejército), llevando así al país a una guerra civil y cuarenta años de dictadura. A los republicanos ilustrados que sobrevivieron tan solo les quedaba abandonar su patria o el exilio interior, como siempre.

"La Lengua de las Mariposas" narra la relación de amistad que se establece entre el pequeño Moncho (Manuel Lozano) y su maestro Don Gregorio (Fernando Fernán Gómez). Nos encontramos en un pueblo de la Galicia rural durante el último año de vida de la República. El régimen republicano ha acometido desde sus inicios un ambicioso programa educativo en todo el país para construir miles de escuelas, formar al profesorado y mejorar las condiciones generales de la enseñanza. Las turbulencias políticas con epicentro en Madrid resuenan como ecos lejanos pero se notan en el pueblo. Para Moncho su mayor preocupación es el comienzo de su primer curso escolar, ya que le han asegurado (engañándole) que el maestro pega a todos sus alumnos. Los miedos del pequeño se irán desvaneciendo al encontrarse en la escuela con un ser profundamente humano, tierno y con vocación natural por la enseñanza: el maestro Don Gregorio. Gracias a sus clases y a la vida escolar junto a sus compañeros, Moncho comienza a descubrir en esos meses una nueva etapa de su existencia, todo un mundo que hasta entonces desconocía. Cuando el curso acabe a finales de junio de 1936 el ambiente se habrá enrarecido en el pueblo y todo se derrumbará a partir del 18 de julio. Nada volverá a ser lo mismo.

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Ficha técnica y artística

La Lengua de las Mariposas. España, 1999, 99 min.

Dirección: Jose Luis Cuerda

Intérpretes: Fernando Fernán Gómez, Manuel Lozano, Uxía Blanco

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Crónica de Atticus Finch


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