lunes, 2 de abril de 2012

Muerte en Venecia

Comentario de MUERTE EN VENECIA


A lo largo de tres décadas, desde finales de la II Guerra Mundial hasta los años 70, el cine italiano formó uno de los pilares básicos de la cinematografía europea de aquella época junto con las producciones francesas, estando ambas flanqueadas por obras españolas, escandinavas y británicas. La consolidación de los realizadores italianos se inició en los años 40 con la corriente estilística del Neorrealismo, un movimiento que retrataba historias mundanas de fuerte contenido social y que contó entre sus más importantes figuras a Roberto Rossellini ("Roma, Ciudad Abierta", 1945) y Vittorio De Sica ("Ladrón de Bicicletas", 1948). La década de los 50 vería por su parte la ascensión de otros dos autores clave como Federico Fellini y Luchino Visconti. Ambos desarrollaron también su etapa neorrealista, pero en los 60 Fellini pasaría a crear un universo propio con algunas de sus obras más recordadas ("La Dolce Vita", "Fellini, Ocho y Medio", "Amarcord"), mientras que Visconti optó por abordar historias de tipo más clásico: "El Gatopardo", "La Caída de los Dioses" o "Muerte en Venecia". Otros autores más minoritarios como Antonioni o Pasolini están igualmente presentes en la misma época pero se puede decir que la transición de los 70 a los 80 marca el fin de la edad de oro del cine de este país.

"Muerte en Venecia" relata el último viaje tanto emocional como físico del compositor alemán Gustav von Achenbach (Dirk Bogarde), un reputado músico de comienzos del siglo XX cuya vida atraviesa difíciles momentos tras la pérdida de su hija y la mala acogida de sus recientes trabajos. Buscando huir de ese ambiente y consciente de su delicado estado de salud, decide trasladarse a Venecia una temporada en busca de descanso. Una vez instalado en el Lido quedará hechizado por la belleza de un joven polaco llamado Tadzio (Bjorn Andressen), que está pasando las vacaciones junto a su familia en el mismo hotel. Como compositor, Achenbach ha perseguido durante toda su carrera un ideal de belleza musical que ahora ve plasmado en el cuerpo del muchacho, por el que siente un amor platónico e inalcanzable. Día a día intentará acercarse a él, siguiéndolo prudentemente en sus paseos por la playa y la ciudad bajo los omnipresentes acordes del Adagietto de la Quinta sinfonía de Gustav Mahler, el célebre compositor austriaco en cuya figura Visconti se inspira libremente para desarrollar la historia. Mientras tanto, Venecia comienza a quedarse desierta tras el anuncio de una epidemia de cólera que se suma al estado de decadencia de una ciudad que contempla, al igual que Achenbach, el fin irremediable de una época.

**************************************************

Ficha técnica y artística

Muerte en Venecia (Morte a Venezia). Italia, 1971, 127 min.

Dirección: Luchino Visconti

Intérpretes: Dirk Bogarde, Silvana Mangano, Bjorn Andressen

**************************************************


Crónica de El Maquinista




Pulsa en la pantalla para ver una escena de "Muerte en Venecia"

7 comentarios:

Enrique Hormigos dijo...

Es una película que tengo que volver a ver, porque tuve la mala pata de verla obligado en el colegio, y como todo lo que uno ve o lee por obligación en el colegio, se ganó un odio instantáneo y mortal.

Y hablando de lecturas escolares (aquí no lo es, pero en EEUU parece ser que sí), hace poco leí la novela "Valor de Ley", de Charles Portis, y la recomiendo entusiásticamente aunque hayáis visto la/s película/s.

Me lo ha recordado el cartel que has puesto a la derecha (por cierto, en su versión en papel Rooster Cogburn no lleva ningún parche sobre su ojo tuerto ;)

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Enrique, vaya cambio de perfil y de blog... Llevaba una semana bastante desconectado de la blogosfera y me encuentro con estas sorpresas. ¿"1 tonto 1 lápiz" ha desaparecido?

Respecto a la película te animo a verla de nuevo desde la perspectiva que da el paso del tiempo. No comprendo que se le intente poner a un colegial este tipo de trabajos tan personales a no ser que sea para enseñar música de Mahler. No me extraña que le cogieras manía.

Me alegro de que te hayas fijado en el cartel de "Valor de Ley" que he puesto en el lateral del blog. Me encanta el diseño y además es completamente diferente al que terminaron por usar para promocionar la cinta, el cual era bastante soso todo hay que decirlo. No sabía que hubiese novela, la buscaré en la biblioteca para echarle un vistazo. Pero el parche tendría que ser innegociable, a Cogburn le hace más chulo que un ocho.

¡Un saludo!

Enrique Hormigos dijo...

No ha desaparecido, es que estoy tomandome un respiro y dedicando un poco de tiempo a pulir este otro proyecto -básicamente, rematando carteles e ideas que tengo a mitad de cocer desde hace meses- para dejarlo más encarrilado después de pascuas.

En cuanto a lo de la película, no recuerdo a qué venía el interés, pero desde luego no tenía nada que ver con Mahler, y sólo recuerdo haberme torrao más en mi juventud viéndo una película de Alain Resnais en clase de filosofía ("Mi tío de América", no se me olvidará en la vida).

Totalmente de acuerdo en lo del parche, aunque también resulta inquietante ese ojo entrecerrado que solo deja ver una rendija blanca...

Hay una edición de bolsillo por 8 pavos, aunque yo encontré una de 2ª mano en la feria del libro por tan solo 2, ¡Jua, jua!

Y ahora, me voy de vacaciones.
Que ya se sabe que: "Corre el impío sin que nadie le persiga".

Un saludo, y felices pascuas.

anna van anna dijo...

Estaba completamente segura de que te había llegado el comentario que te escribí ayer, o antes de ayer, pero por lo que veo no!!
De todas formas, poco aportaba a tu buena reseña. No he visto Muerte en Venecia, pero aunque soy reticente con los italianos (he visto las peliculas clásicas y abanderadas, lo que se considera lo mejor y es un estilo que no me va demasiado), me llama la atención.

Un abrazo Cuttlas!

Mila dijo...

Como muy bien dices, parece que la película presenta el fin de una época. Les esperaban dos guerras, eso, por lo menos.
Pero esta historia, basada libremente en la novela de Thomas Mann,plantea más asuntos: ¿qué relación hay entre el arte y la vida? ¿La belleza se crea, es un producto del intecto o, simplemente, te la encuentras, te entra por los sentidos?
El joven Tadzio, ese efebo que conmociona y hace tambalear y caer, creo, todo el sistema de valores que sustentaba la vida del compositor Achenbach, no es más que un desencadenante, un motivo.
Y justamente tenía que ser en Venecia, tan bella, tan decadente, tan antigua... Y con la amenaza de una epidemia de cólera... Todo se derrumba. Es un símbolo, una alegoría de un mundo en extinción. V
Visualmente, es bellísima, exquisita en la ambientación, el vestuario, y la música (A partir de esta película Mahler se volvió a escuchar por el gran público)
Es un gozo para los sentidos.
Y si has pasado por aquel puente por donde pasan ellos, pues ya...
!Un saludo!

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Ana, parece que el comentario ha entrado bien ahora. Yo tampoco es que haya visto mucho cine italiano. El Neorrealismo de momento no me llama (el cine social de vertiente cuasi-documental no es uno de mis fuertes). Las películas de Fellini, quitando "Amarcord", tampoco. Y de Visconti solo he visto "El Gatopardo" (¡muy buena!) y esta especial "Muerte en Venecia". A veces las películas trascienden más allá de su propio valor cinematográfico. Este es uno de los casos.

Un abrazo

PD: Hay una película neorrealista que sí me gusta, "Roma, Ciudad Abierta" , de Rosellini. Esa sí que vale.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Mila, sí que es verdad que el cine de Visconti envuelve todo en un ambiente de gran belleza plástica pero también profundamente decadente. Son constantes que se ven en "El Gatopardo", "La Caída de los Dioses" y con especial fuerza en "Muerte en Venecia". Todo supone una reflexión sobre el papel del creador y su búsqueda de la belleza, la perfección, algo que por definición es inalcanzable como el propio Tadzio.

Un abrazo