Comentario de FORAJIDOS DE LEYENDA
Al finalizar la Guerra Civil, el Sur vivió el doloroso proceso de asumir la derrota en la contienda nacional y de acatar los principios de la Unión. Muchos de sus soldados se vieron incapaces de retomar sus anteriores vidas y se convirtieron en forajidos, trotamundos, seres al margen de la ley. Mantenían un profundo resentimiento hacia la nueva realidad que emergía y a la que daban concienzudamente la espalda mientras el odio crecía en su interior. Un puñado de ellos, como los James-Younger, consiguieron notoriedad por sus asaltos a bancos y diligencias, acciones que la mayoría de la población reprobaba pero que algunos veían con buenos ojos, como una absurda expresión violenta de su propio descontento. Para bien o para mal, se convirtieron en leyenda viva desde Mississippi hasta Tejas, dejando un reguero de destrucción a su paso en una permanente huída hacia adelante. A través de los desiertos y las montañas avanzaban a galope tendido hacia su irremediable destino, una tierra de ira, fuego y culpa que llevaba aguardando paciente durante muchos años.
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Ficha técnica y artística
Forajidos de Leyenda (The Long Riders). EEUU, 1980, 99 min.
Dirección: Walter Hill
Intérpretes: David Carradine, Keith Carradine, James Keach
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Crónica de El Maquinista
Pulsa en la pantalla para ver el gran tiroteo de Forajidos de Leyenda
3 comentarios:
Tras trabajar como guionista en películas como "La Huida" o "El Hombre de Makintosh", Walter Hill revitalizó el cine del oeste con "Forajidos de Leyenda", un western crepuscular en el que la sombra de Sam Peckinpah lo envuelve todo.
Para dar vida a la banda de hermanos James-Younger, el director contrató a actores hermanos de verdad, como el clan Carradine (David, Keith y Robert), los Keach (James y Stacey) o los Quaid (Dennis y Randy). El resultado es un estupendo film rodado con sentimiento, en el que unos seres que han tomado el camino equivocado cabalgan irremediablemente hacia el destino que han elegido. El tiroteo final es una obra de arte, violencia seca y destructora, pero sobre todo intrínsecamente humana.
El otro día estuve leyendo algunas entradas que tienes por aquí (tengo mucho material atrasado y he de irme poniendo al día) y la verdad que algunas veces consigues que la lamentable silla que utilizo se convierta por unos momentos en la butaca de un cine y que mi habitación adquiera "dolbi surraund" de ese por unos momentos.
P.D.: a mi madre también le parece que escribes muy bien...
Muchas gracias por esas palabras Víctor, es lo que intento. El comentario de las películas pretende reflejar el sentimiento, las sensaciones o los recuerdos que me dejó el largometraje en cuestión. Por ello a veces es difícil expresarlo bien de forma escrita, pero al menos lo intentamos.
Un abrazo
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