sábado, 16 de enero de 2010

Adiós Muchachos

Comentario de ADIÓS MUCHACHOS

Viviendo en su propio universo, Julien estudia durante el curso escolar en un internado católico situado en un pueblecito rodeado de frondosos bosques. A través de sus ojos ve la realidad de la Francia ocupada, las tropas alemanas y el ambiente de sorda tensión que se respira. Su percepción no es infantil pero tampoco suficientemente madura, es un muchacho despertándose en el mundo real, adquiriendo poco a poco conciencia de la verdadera situación de los hombres y de sus respectivas circunstancias; es una flor que va abriendo tímidamente sus pétalos, el germen del joven que será en unos años. Su refugio espiritual descansa en las profundidades de la literatura, en la que se zambulle continuamente a través de los libros que le envían desde casa. Sin embargo, esa conexión especial aún no la ha encontrado en el mundo más próximo que le rodea, entre sus compañeros de colegio. Si para caminar derecho hacen falta un par de zapatos, él tan sólo ha encontrado uno hasta ahora. Pero esa circunstancia empieza a cambiar cuando llega abruptamente al internado el nuevo alumno, Jean. A través del mutuo conocimiento, no siempre sencillo, Julien comienza a sentir la forja de unos lazos inquebrantables, los de la amistad verdadera, aquella que perdura a a través del tiempo y de las terribles despedidas.

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Ficha técnica y artística

Adiós Muchachos (Au Revoir les Enfants). Francia, 1987, 104 min.

Dirección: Louis Malle

Intérpretes: Gaspard Manesse, Raphael Fetjö, Francine Racette

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Crónica de Atticus Finch

Pulsa en la pantalla para ver una escena de Adiós Muchachos

1 comentario:

El Bueno de Cuttlas dijo...

La carrera filmográfica de Louis Malle comenzó a desarrollarse en la Francia de los años 60, aunque sin pertenecer nunca a la "Nouvelle Vague" que surgía imparable en esos años. Malle dirigió obras como "Ascensor para el Cadalso" o "El Soplo al Corazón" antes de exiliarse artísticamente en los EEUU, donde consiguió gran éxito con "Atlantic City" o "Vania en la Calle 42".

El regreso a su país en la década de los 80 le sirvió para rodar su más importante largometraje, "Adiós Muchachos", en la que rememora su estancia en un internado católico a finales de la Segunda Guerra Mundial, con las tropas alemanas aún ocupando el territorio.

Buen cine francés.