Comentario de 2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO
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La larga transición del homínido al hombre a través de los milenios tiene puntos de inflexión definitivos que desencadenan cambios irreversibles en estos primitivos ancestros. El discernimiento, la consciencia, el motor de la inteligencia que se enciende en lo más profundo de la mente, son pasos que el animal da para volver a nacer y sobrevivir en otro mundo con los mismos rasgos que el anterior. Para ello necesita de una fuerza inexplicable, de una conexión mental, de una revelación interior llegada del exterior en forma de un monolito de la sabiduría.
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Pasan los siglos hasta contar millones de años y la evolución de este ser no se detiene. Sus armas de hueso lanzadas al aire se han convertido en inquietantes naves espaciales que surcan el cosmos con la meta puesta en el espacio infinito, la última frontera. Para poder sobrevivir en esa nueva realidad, el hombre busca en los recovecos de su mente la llave que le ayude a comprender el universo y el papel que su existencia juega en el tablero del espacio-tiempo. La llamada de la evolución lleva a un viaje a Júpiter donde espera lo inexplicable, la fuerza creadora del nuevo ser que debe nacer dentro de la mente del hombre para continuar su odisea. Como Ulises navegando por el cosmos, los astronautas del Discovery se enfrentan a desafíos indescriptibles y en sus oídos retumban las palabras humanas del ordenador HAL-9000, capaz de sentir y pensar, de sufrir y de tener miedo, como los demás, a lo desconocido.
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Ficha técnica y artística
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2001: Una Odisea del Espacio. EEUU, 1968, 141 min
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Dirección: Stanley Kubrick
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Intérpretes: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester
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2 comentarios:
Fue impresionante,y sigue siendo impresionante.
¡Qué peliculón!...
Gracias por estos recordatorios tan sabrosos.
Y,siempre lo diré,este blog es precioso.
Cada vez que reviso en mi lamentable memoria las imágenes de esta película siento un escalofrío. Y soy consciente de que ese escalofrío es precisamente lo que el director quería causar en cada uno de los espectadores. Sencillamente una obra colosal del cine, de esas que ves una y otra vez sin cansarte. Uno no puede ver Una Odisea del Espacio y después no caer en un momento de reflexión, de ensoñación sobre lo que hay más allá de nuestra atmósfera. Espero que una sonda inocente que se pose en alguna luna perdida descubra que está hecha de oro macizo. Con esa motivación seguro que nuestros ojos verían una exploración del espacio más activa. Porque ¡Que narices! ¿no os gustaría poder ir a Marte de vacaciones? Yo, inocente soñador, espero ser de las generaciones que por lo menos (si la edad y la vida me lo permite) pueda salir de la atmósfera por un precio razonable. ¿Una bobada?, en absoluto. Pineso que todos estos magnates forrados que pagan viajes al espacio no son en absoluto imbéciles. Si yo tuviera esa pasta y hubiera vivido una vida plena (como para poder permitir el lujo de arriesgarla de esa manera) ya me estaba sacando el billete.
Un saludo.
P.D: Rodri eres la élite.
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