domingo, 12 de mayo de 2013

Teléfono Rojo

Comentario de TELÉFONO ROJO


En otoño de 1962 tuvo lugar la Crisis de los Misiles de Cuba, el que es considerado como el incidente directo más grave entre los Estados Unidos y la Unión Soviética durante la época de la Guerra Fría. Aunque los dirigentes de ambas superpotencias, John Kennedy y Nikita Kruschev, maniobraron desde un primer momento para alejar el fantasma de la declaración de guerra, la amenaza de un enfrentamiento con arsenal atómico planeó durante las dos semanas que duró la crisis. Que se sepa públicamente es lo más cerca que ha estado el mundo de una guerra nuclear a gran escala que hubiera arrasado con seguridad el planeta. El profundo impacto que causó este suceso en la sociedad occidental hizo que a lo largo de la década de los 60 se tomara una mayor consciencia del riesgo que suponía para la raza humana la existencia de miles de cabezas nucleares aguardando pacientemente a ser utilizadas llegado el caso. Menos de dos años depués, en 1964, se estrenaron dos míticas películas inspiradas en la reciente amenaza de la guerra atómica, aunque ambas no puedan ser más diferentes en fondo y forma. Por un lado el maestro Sidney Lumet ("Doce Hombres sin Piedad", "Network") estrenaría "Punto Límite", un drama de estilo casi documental que enfrentaba al presidente de los EEUU (Henry Fonda) a un enfrentamiento nuclear inminente contra la URSS. Por el otro lado el gran Stanley Kubrick, que pese a su juventud ya había rodado dos obras maestras ("Senderos de Gloria" y "Espartaco") llevaría a la gran pantalla una de las comedias negras más corrosivas de todos los tiempos con "Teléfono Rojo (Volamos Hacia Moscú)", la crónica de cómo se puede desencadenar una catástrofe universal por culpa de un puñado de chiflados.

"Teléfono Rojo" cuenta la amenaza del desencadenamiento de una guerra nuclear entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. El paranoico general Ripper de las fuerzas áreas norteamericanas cree haber descubierto una conspiración comunista para fluorizar el agua del país, contaminando de esta manera los hogares estadounidenses. Por ello decide ordenar a su escuadra de combate que despegue y ataque la URSS con bombas atómicas, a pesar de que no cuenta con la necesaria aprobación del presidente Muffley (Peter Sellers). Cuando el gobierno de Washington descubre el demencial plan de Ripper decide aislarse en un búnquer subterráneo y contactar con los rusos para intentar evitar la catástrofe. La URSS posée un dispositivo de misiles llamado Juicio Final que se activaría automáticamente en caso de que su territorio fuera atacado, asegurando así la destrucción de la Humanidad. El ejército estadounidense ataca la base área de Ripper para capturarlo mientras idea a la vez un plan para localizar y derribar a sus aviones de combate que vuelan hacia la URSS con las bombas. Mientras, la cúpula del gobierno es asesorada por el belicoso general Turgidson (George C. Scott) y el ex-científico nazi Dr. Strangelove (Peter Sellers de nuevo) sobre las estrategias a seguir si el holocausto nuclear se hace inevitable.

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Ficha técnica y artística

Teléfono Rojo (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love de Bomb). Reino Unido, 1964, 93 min.

Dirección: Stanley Kubrick

Intérpretes: Peter Sellers, George C. Scott, Sterling Hayden

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Crónica de Atticus Finch


Pulsa en la pantalla para ver una escena de "Teléfono Rojo"

9 comentarios:

ethan dijo...

Delirante comedia a tono con la demencial guerra fría, narrada con inteligencia por Kubrick y para verla más de una vez. Lo del cowboy a lomos de la bomba es un buen resumen: "aquello de una imagen vale más que..."
Saludos

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Ethan, la verdad es que la realidad siempre puede superar a la ficción. Cuenta la leyenda que un alto funcionario del gobierno norteamericano exclamó al ver la película: "¡Pero si esto es un documental!". Efectivamente.

Mención a parte para Peter Sellers en sus tres papeles (Presidente, Dr. Strangelove y militar de la RAF). George C. Scott también lo borda.

¡Un saludo!

jaal dijo...

La vi de niño porque salía Peter Sellers. No me gustó porque no entendí de que iba la cosa. Creo que va siendo hora de darle una segunda oportunidad. La forma de presentar al científico sentado en silla de ruedas con una mano ortopédica y cabeza ladeada es total.

Saludos Cuttlas

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Jaal, pues le tienes que dar como bien dices otra oportunidad. A mi me ha pasado también (supongo que a todos) lo de ver una película a una edad en la que no se es capaz de apreciarla realmente. Yo recuerdo especialmente cuando vi por primera vez "Blade Runner", con doce años o así, y me parecía un tostón. La paré a la mitad, metí la cinta en su carátula y me dije que la vería más mayor. Efectivamente, cuando la vi años después comprendí la obra maestra que tenía ante mi.

El científico en silla de ruedas no es otro que el ex-científico nazi Dr. Strangelove (Peter Sellers), que se da la réplica a él mismo en esa escena. Su brazo derecho tiene vida propia y según se aproxima el cataclismo nuclear el alma nazi va creciendo en él. Elemental, mein Führer, quiero decir señor Presidente.

¡Un saludo!

Enrique Hormigos dijo...

Lo del momento adecuado ocurre a cualquier edad.

De hecho, Clint Eastwood cuenta que tuvo el guión de "Sin perdón" (curiosamente, del mismo autor que el de Blade Runner) dentro de un cajón.

De vez en cuando lo abría, lo miraba y pensaba "esperemos un poco más".

Y ya veis lo que salió.

Mein Gott!! ¡¡PUEDO CAMINAR!!

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Enrique, yo había leído que efectivamente Eastwood tuvo años el guión en un cajón mientras esperaba a envejecer lo suficiente como para interpretar al gran William Munny. Gracias a la paciencia del bueno de Clint podemos disfrutar de esta absoluta obra maestra del cine en general y del wester (crepuscular) en particular. Tres hurras por Eastwood.

PD: Creo que era ¡¡Mein Führer, puedo andar!! :-)

Enrique Hormigos dijo...

Mein Gott, Mein Führer... en qué estaría yo pensando...

Y eso que hace tan solo un par de meses que la revisité. Por cuestión de mera higiene mental, que se dice.

javistone dijo...

Yo la vi hace relativamente poco y realmente me voló la cabeza, brillante forma de dejar en evidencia a los que manejan los hilos del planeta, dan ganas de reir o de llorar... ya no se hacen películas así!
Saludos!

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Javistone, la verdad es que efectivamente uno ríe por no llorar. Yo soy agnóstico pero creo que existe un ángel de la guarda, no sé si humano o divino, que vela por el futuro de la Humanidad. Si no sería inexplicable que aún no hayamos saltado por los aires a estas alturas de la película. Por desgracia el mundo está lleno de doctores Strangelove...

¡Un saludo!