lunes, 15 de octubre de 2012

Atlantic City

Comentario de ATLANTIC CITY


El mundo del juego y las apuestas pertenece a un universo desconocido para mi, en parte debido a factores personales como culturales. En mi tierra de la España del Norte lo más cercano a estos temas son los bingos de aire viejuno y las máquinas tragaperras de los bares. En algunas ciudades del Cantábrico con turismo de pedigrí, como Santander o San Sebastián, también se puede encontrar algún que otro hipódromo y casinos de corte provinciano tirando a decimonónico. Para conocer complejos de juego más importantes (y más horteras) es necesario marchar a grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Ahora en los tiempos de internet muchas personas se han acercado a las apuestas deportivas y las partidas de póker en línea, pero la sociedad española sigue afortunadamente sin tener esa tendencia al juego que muestran los pueblos anglosajones. Los políticos locales no obstante parecen empeñados en meternos con calzador las costumbres de ocio estadounidenses inundándonos con parques temáticos, centros comerciales y absurdos mega-casinos. Éstos últimos, entroncados en muchas ocasiones con personajes bastante turbios, tienen su meca en lugares como Las Vegas, Montecarlo o Macao. Si bien en EEUU la fama la tiene la ciudad del desierto existe otro rincón tradicional del juego en la punta opuesta del país, al norte de la costa este: Atlantic City. A ella se desplazaría el director francés Louis Malle, autor de "Ascensor para el Cadalso" (1957), "El Soplo al Corazón" (1971) y "Adiós Muchachos" (1987), para rodar una historia sobre la lucha por mejorar la vida sea como sea.

"Atlantic City" husmea en las calles de una ciudad bastante decadente a donde acuden una gran cantidad de norteamericanos a gastarse de forma absurda su dinero. En ella vive Lou (Burt Lancaster), un señor que en sus buenos tiempos de juventud llegó a ser un gángster de medio pelo, pero que él siempre idealiza como una época dorada. El respetable canoso vive de pequeñas comisiones en apuestas de barrio y sobre todo gracias a la manutención de su vecina de abajo, Grace, una mujer bastante rica gracias a ser la viuda de un jefe mafioso local. Lou la conoce desde hace tiempo y le tiene cariño, pero se siente humillado al depender de ella y tener que hacerle los recados o cualquier otro favor que se le antoje. En realidad se siente más interesado por su vecina de enfrente, Sally (Susan Sarandon), una joven canadiense que está aprendiendo el oficio de crupier de black-jack para mejorar su puesto en el casino donde trabaja. Un día Sally se encuentra con que su marido Dave, un hippy que se fugó con su propia hermana pequeña, la ha encontrado para pedirle algo de dinero y pasar unos días en su apartamento. El motivo verdadero de la visita es intentar vender en la ciudad un alijo de cocaína robado a unos narcotraficantes de Filadelfia, para lo cual Dave tiene primero que encontrar un lugar seguro donde esconder la droga. Poco después de llegar conoce por casualidad a Lou y le convence para que le deje guardar y preparar la cocaína en su apartamento a cambio de una parte de los beneficios de la venta, a lo que éste acepta de buena gana. Pero las cosas empiezan a complicarse cuando los narcos de Filadelfia llegan hasta ellos para reclamar lo que les pertenece.  

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Ficha técnica y artística

Atlantic City. Canadá, 1980, 104 min.

Dirección: Louis Malle

Intérpretes: Burt Lancaster, Susan Sarandon, Hollis McLaren

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Crónica de Atticus Finch


Pulsa en la pantalla para ver una escena de "Atlantic City"

6 comentarios:

Emilio José Pazos Brenlla dijo...

Buena historia de dos almas solitarias que se unen para compartir sus miserias. Lancaster como siempre genial, como en la mayoría de los papeles de su senectud y susan sarandon también muy bien.

Un saludo.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Emilio, gracias por tu comentario. Es curioso ver la evolución de Burt Lancaster de actor circense y aventurero a comienzos de los años 50 hasta convertirse en un intérprete totalmente reconocido. Actor fetiche de John Frankenheimer en los 60, colaborador de directores europeos (Visconti, Malle), el bueno de Burt valía para todo.

¡Un saludo!

Enrique Hormigos dijo...

En su libro sobre Hitchcok, el director inglés reconoció a Truffaut que cada vez que pensaba en su película "Frenesí", lo primero que le venían a la cabeza eran las patatas.

A mi me pasa lo mismo con los limones, cada vez que pienso en Atlantic City.

Y qué bien me ha venido el vídeo, ahora que salgo del ataque de un virus mortal :)

El Bueno de Cuttlas dijo...

Buenas Enrique, la verdad es que Hitchcock era un personaje muy particular así que tampoco me extraña que le diera por pensar en tubérculos en esas circunstancias. Seguro que para él las patatas eran algún tipo de fetiche, Freud hubiera disfrutado mucho psicoanalizándolo.

Me alegro un montón que te haya gustado el vídeo, de hecho no encontré nada en youtube que me gustara y yo quería poner esa magistral escena inicial. Así que servidor de ustedes ha editado el vídeo y lo ha subido al youtube.

¡Que te recuperes del todo y elige una buena película para este fin de semana!

Möbius el Crononauta dijo...

No lah e visto, al menos no entera, pero la famosa escena de la ventana desde luego la recuerdo bastante bien.
Habrá que darle una oportunidad un día de estos.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Hola Möbius, pues te la recomiendo, para mi fue todo un descubrimiento. La escena de los limones es tan buena que me empeñé en ponerla contra viento y marea. Y es que a veces una imagen vale más que mil palabras.

¡Un saludo!