martes, 13 de julio de 2010

Doce Hombres sin Piedad

Comentario de DOCE HOMBRES SIN PIEDAD

Son doce ciudadanos anónimos elegidos al azar entre el pueblo, doce desconocidos que jamás se han visto y que probablemente no volverán a cruzar sus caminos. Por delante tienen una maratoniana jornada que pasarán encerrados en la misma habitación debatiendo la razón que les ha traído allí: la gran responsabilidad de decidir el futuro de un hombre como miembros del jurado popular. Tras haber escuchado pacientemente a la acusación, la defensa y los testigos, es hora de reunirse y alcanzar el veredicto final por unanimidad. Lo que en principio parecía un crimen sin escrúpulos se va tornando en un confuso acontecimiento oculto entre las sombras. La duda razonable remuerde la conciencia mientras se lucha contra los prejuicios y las suposiciones baratas. La tensión se palpa, el calor sofoca y la atmósfera se torna irrespirable; los duelos dialécticos se suceden lanzando cargas de profundidad. No hay salida hasta que encuentren en ellos mismos los valores humanos indestructibles: la integridad, la honradez, la coherencia, la razón... , aunque eso suponga a cada uno enfrentarse a sus temidos demonios.

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Ficha técnica y artística

Doce Hombres sin Piedad (Twelve Angry Men). EEUU, 1957, 96 min.

Dirección: Sidney Lumet

Intérpretes: Henry Fonda, E. G. Marshall, Jack Warden

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Crónica de Atticus Finch

Pulsa en la pantalla para ver una escena de Doce Hombres sin Piedad

4 comentarios:

El Bueno de Cuttlas dijo...

El veterano director Sidney Lumet debutó en el mundo del largometraje de forma inmejorable con la obra mayor que supone "Doce Hombres sin Piedad". El tiempo traería después títulos como "La Colina", "Tarde de Perros", "Serpico", "Network" o "Veredicto Final", en una carrera que se extiende a lo largo de cincuenta años.

Con un planteamiento narrativo radical(doce hombres encerrados en una habitación) arranca esta película, la cual basa la mayor parte de su potencial en la labor encomiable de los doce intérpretes encabezados por Peter fonda. Es su personaje el que funciona como motor de la pequeña revolución que se va a vivir entre esas cuatro paredes, ya que comienza defendiendo la no culpabilidad del acusado en completa soledad. El proceso por el cual van cambiando las tornas es tejido de forma soberbia a través de un guión sin fisuras, que muestra el alma desnuda de unos hombres que al juzgar a otro semejante acaban juzgándose también a ellos mismos.

Muy buena.

Mila dijo...

Interesantísima película que nos hace pensar a todos los ausentes de esa maldita habitación, con un calor agobiante que saca de quicio a cualquiera,qué hubiéramos hecho, dicho, dictaminado...
A medida que aumenta la tensión los primeros planos dominan la pantalla y cada rostro se nos presenta como un igual. Y uno no puede dejar de preguntarse por sí mismo.¿De qué materia están hechos los números 8, los Atticus
Finch de "matar un ruiseñor"? Gracias a ellos podemos creer que nosotros también podríamos ser como ellos, o eso nos gustaría.
Sr. Cuttlas, no será usted de esos que leen...
Yo, también.Gracias.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Sí, el mundo se mueve gracias a esas personas y los valores que ellos representan. Así ha sido desde tiempos remotos y así seguirá siendo por los siglos de los siglos. El cine ha dejado para la posteridad a unos grandes hombres íntegros, como Atticus Finch en "Matar un Ruiseñor" o Will Kane en "Solo ante el Peligro". Es por ello que siempre conviene reivindicar su legado y mantener vivos sus ideales cívicos.

Un saludo y gracias por pasar :-)

Alejandro dijo...

Magnífica Película de las que te hacen creer que aún quedan hombres justos.

Me encantó.

Un saludo genio