viernes, 16 de noviembre de 2007

La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line)

Comentario de LA DELGADA LÍNEA ROJA

En la guerra cada hombre libra su propia batalla. Los miedos y las esperanzas despojan al alma de todo recubrimiento y la dejan desnuda y sola frente al mundo. En aquellos lugares donde conviven el paraíso y el infierno, donde los hombres se convierten en bestias y envenenan su espíritu, existe una delgada línea que separa la vida de la muerte, la serenidad del terror y la lucidez de la locura.

En los confines del océano Pacífico, una isla, Guadalcanal, se convierte en la tierra donde se cavan las fosas de los muertos vivientes. La Naturaleza observa con atención la destrucción mutua de los hombres y se ve devastada por sus armas. Sin embargo, su fuerza vengadora se oculta entre la espesura de la selva, las hierbas altas y las playas desiertas. Ante ella, un hombre, en sí mismo, no es nada.

La toma de una colina y la aniquilación de la resistencia japonesa es el motor del viaje que cada soldado emprende para encontrar su verdadero ser. El descubrimiento implica el miedo a husmear en su cara oculta y nunca es fácil; el resultado, siempre dispar, puede servir para comprender o preguntar las razones de esa gran maldad, de dónde procede y de qué semilla germinó, saber quién y qué los está matando realmente.

************************************************

Ficha técnica y artística

La Delgada Línea Roja. EEUU, 1998, 170 min.

Dirección: Terrence Malick

Intérpretes: Sean Penn, Adrian Brody, Jim Caviezel, Ben Chaplin, Nick Nolte, Elias Koteas

************************************************


Crónica de Atticus Finch




¿Quién eres tú que vives bajo esta multitud de formas?
Eres la muerte que nos rodea. Pero también el origen de todo lo que va a nacer.
Eres gloria. Piedad. Paz. Verdad. Das serenidad al espíritu, y entendimiento.




Tráiler original de La Delgada Línea Roja

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La había visto ya, pero hoy la he vuelto a ver. Sencillamente magistral. Y a pesar de toda la sangre derramada seguimos cometiendo los mismos errores, matándonos por ideologías, por religión, por un terruño que podría compartirse. Lo cojonudo es que aún quedan mil guerras por estallar. Manda narices. Yo no se si existe una fórmula mágica para la paz, lo que si está claro es que parece imposible garantizarla mientras exista desigualdad, pobreza, hambre, injusticia... Da la impresión de que en el mundo moderno cada hombre necesita un planeta para si mismo aunque para ello tenga que expulsar al resto... Al final no va a ser del todo una chorrada querer reencarnarse en una gota de agua...

Anónimo dijo...

Excelente drama, no sólo por lo que vive una persona en la guerra, sino por la guerra que cada quien vive consigo mismo, con sus deseos, miedos y recuerdos.